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  • Romina

Cuando el tiempo apremia...

Actualmente y con el mundo en cuarentena, podemos ser testigos obligados de un sin fin de actitudes llamativas; ya sea por la presencia de una gran bondad o por la más penosa de las acciones. Para fortuna de nosotros, el gran filósofo Marco Aurelio guardó en su libro "Meditaciones" un gran consejo que, según creo, nos puede ser de gran ayuda a la hora de enfrentarnos a tales situaciones:


«Al despuntar la aurora, hazte estas consideraciones previas: me encontraré con un indiscreto, un ingrato, un insolente, un mentiroso, un envidioso, un insociable. Todo eso les acontece por ignorancia de los bienes y de los males. Pero yo, que he observado que la naturaleza del bien es lo bello, y que la del mal es lo vergonzoso, y que la naturaleza del pecador mismo es pariente de la mía, porque participa, no de la misma sangre o de la misma semilla, sino de la inteligencia y de una porción de la divinidad, no puedo recibir daño de ninguno de ellos, pues ninguno me cubrirá de vergüenza; ni puedo enfadarme con mi pariente ni odiarle. Pues hemos nacido para colaborar, al igual que los pies, las manos, los párpados, las hileras de dientes, superiores e inferiores. Obrar, pues, como adversarios los unos de los otros es contrario a la naturaleza. Y es actuar como adversario el hecho de manifestar indignación y repulsa».

Quizá sea un poco demasiado exigirnos tener una actitud puramente estoica en estos momentos (ya que uno siempre hace lo que puede), pero creo que mal no nos hace si, al ponernos en puntas de pie, intentamos elevar el alma y la conciencia lo más posible hasta estar un paso más cerca de rozar las estrellas.




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