El libro Paula, de la escritora chilena Isabel Allende, es un compendio de anécdotas familiares vistas desde la perspectiva de la autora. Estas historias son las que, como madre, intenta trasmitir a su hija Paula, que yace en estado de coma en un hospital en España. Es durante esta lenta agonía que las páginas del extenso relato toman forma, primero como íntimas cartas esperando a ser entregadas, y luego como una compilación de esperanzas truncadas.
Y es que a pesar del ferviente deseo de todos sus allegados de que Paula se recuperara —incluso si resultaba incapaz de recordar quién era—, aquella joven mujer llena de objetivos por lograr acabó sumiéndose en un sueño eterno del que ya nunca despertó. Aun así, sabiendo el terrible destino que aguarda al final, es posible emocionarse y sumergirse en un mundo casi de fantasía al recorrer con los ojos cada una de las letras de la obra. Esto es así debido a la gran maestría de la escritora para narrar hechos de su infancia y de la sociedad que la rodeaba con gran precisión, sin caer en sentimentalismos ni tampoco en aburridas e interminables descripciones.
Es por todo esto que la lectura de Paula resultará sumamente entretenida y profunda para lectores de cualquier edad y condición social. Y para los que todavía no estén convencidos quizá el fragmento a continuación les sea de ayuda: