De acuerdo con las últimas declaraciones hechas por el gobierno argentino en una rueda de prensa, los locales dedicados a la venta de libros podrán abrir sus puertas nuevamente. Esto sucederá a partir del día martes 12 de mayo, eso sí, teniendo en cuenta que los establecimientos no deben saturarse y que la distancia social tiene que continuar. En palabras del actual jefe de Gobierno, lo que se pretende evitar es la aglomeración de gente en el transporte público.
«Todo va a requerir de estrictas pautas de aseo y será de 11 a 21 para que no coincida con el horario del resto de las actividades. A cada comercio podrá entrar una persona cada 15 metros cuadrados. Y cada negocio tendrá que poner un cartel aclarando cuánta gente puede ingresar al local». H. R. LARRETA
Ante esta nueva situación cabe recordar que, desde que se decretara el cese de las actividades recreativas y comerciales —exceptuando aquellas que fueran consideradas esenciales para el sustento de la población—, el sector editorial fue uno de los que se vio gravemente perjudicado; y no solamente por la imposibilidad de concretar proyectos en curso y vender ejemplares, sino también por la obligación de afrontar significativos compromisos financieros, como lo son el salario de sus trabajadores, las compras realizadas a los proveedores de materia prima y el uso de servicios públicos.
Sin embargo, tal como lo aclaró el presidente de la Nación, Alberto Fernández, todas la modificaciones planeadas para la cuarta etapa de aislamiento sanitario pueden quedar sin efecto en cualquier momento; el criterio para establecer la permanencia o no de la llamada cuarentena flexible consistirá en un constante monitoreo de la evolución del Covid-19 en cada una de las provincias que componen el territorio argentino. De modo que, si se viera un aumento en el número de contagios, se podría volver al panorama inicial, ya que el interés principal reside en preservar la salud de todos los habitantes del país.